sábado, 9 de agosto de 2008

El patito viejo


En una caja grande de cartón, un patito amarillo se veía muy triste. El niño de la casa ya no lo quería porque estaba viejo y sin pintura en varias partes de su cuerpo.
Sus ojos de plástico, que en un tiempo fueron hermosos, ahora, abatidos bajo el inclemente sol del día, sólo esperaban que el camión de la basura lo viniera a buscar.
Todavía recordaba la tarde en que había llegado a aquella casa y lo contento que estaba el niño. Juntos, habían pasado alegres horas en el cuidado jardín.
Y así sollozaba, cuando la vecinita se acercó a acariciarlo.
-¡Que patito más lindo...y van a botarlo! -exclamó- me lo llevaré a casa para pintarlo y se lo daré a Rubí en su cumpleaños.

¡Que dulce sensación la de estar protegido nuevamente!
El viejo juguete de plástico, se recostó sobre el pecho de la niña y sonrió feliz.

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