jueves, 26 de junio de 2008

Matinal


Aquí está el alba, señora
del gozo de mis mañanas,
y con sus luces tempranas
viene con ella la aurora.

Están cuajadas las matas
de guayabas, de rocío,
y se oye el algarabío
de los pericos que pasan.

Un rayo de luz, se cuela,
por la ventana de abuela
desde el cielo hasta tu cama,

Como si estuviera en vela,
esperando que tú quieras
abrir los ojos, Mariana.

Alba


Con un abrigo de niebla
se despertó la mañana,
y se empañan las ventanas
con los suspiros del frío;
el sol, que no se desvela,
sigue tranquilo en la loma;
ni un sólo rayo se asoma
porque el rey está dormido.
Con su ondulante secuela
se va iluminando el cielo.
¡Anda, sol, no tengas miedo,
acompáñame a la escuela!